Via Crucis, Valencia

El Via Crucis es un encargo de la Parroquia de Nuestra Señora de los Dolores en Valencia. Lo conforman 14 esculturas independientes tamaño natural realizadas en hormigón con la intención de que parezca que salen de los mismos muros de la Iglesia. Lo bendijo Don Joan Carles Alemany Vicens en Septiembre del año 2010.

BREVE EXPLICACIÓN

Se me sugirió que realizara las 14 esculturas rodeando lo que es la Iglesia, empezando por el patio exterior de ella para después entrar en el recinto de la misma y descender a una capillita pequeña que existe bajo del altar mayor.

Todo el proyecto se basa en la idea de que las esculturas parezca que salen del muro de hormigón que forma el conjunto de la Iglesia. El Via Crucis está dentro de sus muros porque forma parte de ellos, se integra en la arquitectura y forma un todo. Para que así se respire la vida, muerte y resurrección de Cristo.

En toda la obra se ha querido destacar los rostros y manos de Cristo, realizados a tamaño natural, y del resto de personajes que aparecen por considerar que son lo que más y mejor expresa y comunica. La figura del Cristo crucificado es la única en la que se realizó el cuerpo entero del Señor, por ser la más importante de todo el Via Crucis y por estar en el lugar donde está. Se sitúa al lado de un cruz muy grande de luz que existe detrás del altar mayor. De esta forma, Cristo crucificado está sin la cruz porque la cruz la tiene al lado, que a su vez anuncia, con su luz, la Resurrección del Señor. La escultura de la Piedad está situada justo debajo de la cruz de luz y cerca de la entrada de la capilla pequeña, que es casi como una gruta que simboliza el sepulcro.

Todo el trabajo realizado en cada escultura del Via Crucis se ha convertido en una oración constante, en una experiencia de soledad unida a la Pasión de Cristo. Es Cristo mismo quien me ha mostrado su camino a la Cruz, y me ha dicho “ven conmigo y lo verás“ para que lo interiorizara y lo expresara con las manos. Sin la Fe que Dios me ha dado no hubiese podido realizar durante estos dos años cada una de las estaciones del Via Crucis. Espero y confío en que también se conviertan en oración para quien las contemple y, unido a la Pasión de nuestro Señor, ore con Él.